martes, 19 de septiembre de 2023

ENVIDIA


Llegué tarde a la repartición de envidia. Me falta mundo, me falta calle y tener algo de envidia a alguien o ni siquiera de un país. Algunos países he visitado y otros los he visto en internet y nada. No envidio nada ni de otros países, ni sus centros turísticos, ni sus lugares de diversión, ni su música, ni sus mujeres.
México está bastante bien en todos esos aspectos.
¿Debería sentir envidia?  La envidia es un pecado, el único de los 7 pecados capitales que no puede disfrutarse. Porque la ira puede ser placentera, la soberbia, la avaricia, no se diga la gula o la lujuria, la pereza, estos pecados son o pueden ser placenteros. 

Un remedio para no sentir envidia es admirar, maravillarse, honrar, aprobar, conocer, explorar. Envidiar es una vileza,no hay necesidad.
Admiro a las personas solas que están a gusto con su condición solitaria. A los que están solos involuntariamente no, esos dan pena. Así que si andas por ahí presumiendo el pedazo de culo que te estés comiendo, a mí me vale. Yo no te admiro por eso.
Ni te admiro porque tengas un carro del año, un teléfono de marca pendejamente cara, si estás musculoso, si eres político, si eres rico, si tienes el pene grande, si cantas bonito, si tocas música exitosa, si eres guapo, todo eso a mí me importa un rábano.
Soy como Diógenes cuando Alejandro Magno se le puso enfrente con los brazos en la cintura, fue a conocer al filósofo cínico y éste le dijo: quítate a la chingada, pendejo, que me tapas la luz del sol.

Admiro a los que saben salir adelante, a los que se enfrentan a las adversidades de la vida, a los santos, a los enfermeros, a los bomberos, a los héroes que rescatan niños huérfanos. 

Envidia no, nunca, a nadie ni nada.