Cuando más necesitas de fumarte un toque para sentirte mejor, no hay. No conoces quien te venda.
Cuando más necesitas hablar con alguien, que te escuchen, ese se pone a hablar más de sus propios pedos que lo que le estabas contando.
Cuando vas unos minutos tarde al trabajo los camiones van retrasados y llenos.
Cuando requieres de descanso, de tranquilidad, en donde sea que estés no la obtendrás. A menos que vivas solo. Pero a veces ni así.
Nunca me meto con las creencias ajenas pero acostumbro a meditar, a expresar de todo aquello que insiste demasiado en llamar nuestra atención. No sólo en redes sociales, también en la calle, en la familia, en el trabajo que son como otra familia, a veces peor que la familia real. Yo no paro oreja a lo que habla la pinche gente, estoy con mi internet cerebral todo el tiempo. Mi mente es mi entretenimiento.
Primero yo, luego todo lo demás.