Es bien sabido que el estado mexicano de Guerrero es un desmadre desde siempre. Paraiso de maleantes pero también fue por mucho tiempo un destino importante a nivel mundial. Luego del huracán Otis de hace seis meses Acapulco y otras localidades quedaron devastados: hoteles, comercios, casas, conjuntos residenciales, restaurantes, centros comerciales, hospitales, todo quedó destruido. Ya medio año y las autoridades dicen que se ha recuperado el 40%... de la ciudad de Acapulco nomás. Todo lo demás sigue igual o peor, mucho peor.
El turismo, principal sostén de la economía del puerto, nomás no llega. Es que el huracán destruyó casi toda la playa.
Una de las cosas que más detesto de la sociedad mexicana en redes sociales es que se ocupan mucho de una cosa, por ejemplo la tragedia de Guerrero, un par de días y luego se olvidan del asunto.
CASTIGO DIVINO
Ya ven que en internet mucho se habla de todo, muchos creen que lo sucedido en Acapulco es un castigo divino por todo lo malo que ha pasado. Narco, abuso infantil, prostitución, brujería, corrupción política y moral.
"El miedo no se quita todavía, aunque hagamos nuestras actividades, aunque al rato nos estemos riendo, el miedo ya nos quedó, nos quedó como un trauma. Estamos rece y rece para pedirle a Diosito que se quite esta lluvia, ya no la queremos. No sé si Dios nos mandó el castigo o nosotros mismos nos estamos castigando por tantas cosas que han pasado, pero ya no queremos que llueva, ese es el miedo que tenemos: la lluvia”, señala preocupada Magdalena Ordanos, una afectada en la colonia Zapata que pide ayuda.
A mí ver la ciudad de Acapulco ya nunca será lo que fue luego del huracán Otis. Hay que vernos en ese espejo y entender cómo hemos de superar el huracán morenarco para éste 2 de junio.
Cualquier triunfo de esta secta política en todo el país es abonarle a quedar todo como en Guerrero pero a nivel nacional.
En los estados raptados por morena ya se empieza a vivir como en Guerrero, sin presupuestos para educación, seguridad y obras públicas. Ya ni hablemos de arte ni cultura por parte del gobierno el fomento a estás actividades es prácticamente inexistente. La inseguridad es cada vez mayor. Los homicidios, el desempleo, la llegada de miles de centro y sudamericanos, el narco amedrentando a la policía, la sociedad cada vez más drogadicta y alineada.
Esto es morena. Y la acabamos de manera legal o nos acaba y esclaviza por mucho tiempo.
Lo que antes fue un país próspero, alegre, libre, puede acabarse en cualquier momento. Estamos frente a una elección de narcoestado. ¿Ganará el pueblo de México?
Quiera Dios.
Verdeth