Estoy harto de la mierda. De mi propia mierda. Deja me explico: me gusta vivir, me gusta no ser nadie, me gusta comer. Pero odio lidiar con la mierda a diario. Estarme sentado en el retrete sentado esperando a que salga la puta mierda. Aguantar el olor mientras se vacían un poco los intestinos. Tomar el rollo de papel sanitario, agacharse y abrirse las jodidas nalgas, pasarse el papel en repetidas ocasiones. Ver el papel, cerciorarse de no subirse los calzones hasta que no traer el fundillo sucio. Y todos los días. Hasta dos veces. ¿Por qué, mi Dios? Digo, no es un reclamo sino una duda sincera de un admirador.