martes, 8 de febrero de 2022

EN DEFENSA DE BAD BUNNY

Uno de los reguetoneros fácilmente identificables sin duda es Bad Bunny. Otros reguetoneros también famosos los conocemos por sus canciones pero muchos de ellos, al menos el que esto escribe, no los reconocería si los viera en la calle como Ozuna, J. Balvin, de verdad no sé cómo son y no es importante porque no me gusta el reguetón. Y no tiendo a hablar de lo que no sé y si bien conozco un par de temas de Bad Bunny, el tipo es famoso y tiene muchos haters y en las redes sociales los rockeros lo odian que porque en su opinión hace música mala. Y puede que tengan razón. En una canción Bad Bunny dice ser un gran chupador de culos o que una chica baila perreo sola.

Nadie dice que su música es extraordinaria pero sin duda les produce alegría a sus millones de seguidores. Eso no pueden evitarlo los doctos en música rock o rap. No cualquier artista tiene a millones de seguidores. A nadie obligó a escucharle y gustar de sus canciones.
Es lo mismo con otros artistas por ejemplo de corridos, le gustan a muchas personas y nadie puede evitarlo. No es admiración la que le tengo a Bad Bunny pero su éxito no me hace infeliz, no lo envidio por ser famoso, millonario o mujeriego. Pero muchos raperos y muchos rockeros fans de música vieja (Queen, Beatles, Metallica, etc) lo odian y le dedican retina a sus publicaciones y escuchan más su música para odiarlo en vez de concentrarse en su música favorita.

Que sea plástico, que sea un producto sintético, que canta feo, que apenas se le entiende su español, pero Bad Bunny tiene el mérito de poner a bailar a mucha gente como cualquier otro artista pop que llena estadios. ¿Qué se le va a hacer? Raperos y rockeros deciden odiarlo pero muy pocos de estos exponentes le brindan tanta alegría a legiones de fans por todo el mundo como lo hace el conejo malo. Así que las críticas a este personaje son más bien impulsadas por la envidia, sobretodo para los raperos que ni en su barrio los conocen. Y la gente fanática del rock sólo son escuchas. Bad Bunny transmuta todo ese odio en dinero y fama en ascenso. Mientras más lo odien más gana, más aparece en radio y tv y hasta en la lucha libre. Tengo entendido que hasta en una película de gran presupuesto va a salir.
Todos sus detractores tendrán que hacerse a un lado mientras él sigue subiendo como la espuma.
Cada tema es celebrado y cuenta con muchísimas reproducciones en redes sociales. Quizá si una gran parte de todos esos que lo odian no la hicieran tanto de pedo Bad Bunny hubiera sido un reguetonero del montón ya que hay más reguetoneros que cucarachas. La fama es una mercancía, se invierte para ser famoso y tocado en el radio o salir en la tv pero el genio boricua  ha sabido capitalizar muy bien todo ese rechazo de los que no pueden aceptar que es un artista que le da alegría a mucha gente, como Ricky Martin, Luis Miguel en sus buenos tiempos o José José. Bad Bunny no es ni por asomo mejor cantante que estos pero tiene mucho apoyo en su afición y está bien. Su música sólo ofende a los ardidos y envidiosos.

Y lo malo de la envidia es que es el único pecado que no puede disfrutarse.
Bad Bunny hace felices a sus fans. Muchos otros ni hacen música, y los que hacen muchos ni en su casa los conocen. A la gente sencilla, que también defiendo, le gusta y el público finalmente es el que manda. 
Si a la gente le gusta que la perreen, que les chupen el culo, que les canten como borrachos, es muy su gusto y se debe respetar ¿no? No entiendo el odio hacia un muchacho que quiere entretener a su público a su manera. El gusto se rompe en géneros. 

David Gordon