En el norte de México ¿quien no tiene algún vecino buchón? De verdad que esta gente no es un fenómeno exclusivo de burla en redes sociales, allí más bien nos vengamos de todos ellos porque los buchones, buchonas y las familias buchonas son una realidad.
Casi todos comparten los mismos gustos y características especiales:
Son amantes de la música regional mexicana tanto como del rap y el reguetón que escuchan siempre y en todo lugar, más que nada en sus borracheras caseras. No habría ningún inconveniente con esta tribu urbana si por lo menos hicieran sus desmadres en el interior de su hogar pero no, nunca es así.
Al buchón le mama que lo vean y escuchen todos, que oigan y aprecien su gusto musical o ya borracho que escuchen su privilegiada voz en su bocina karaoke con luces de colores que tocan a todo volumen. Cantan música de la Banda MS, Grupo Firme, música pop como Belinda, regueton de Bad Bunny y J. Balvin, los clásicos Tigres del norte, Los Tucanes de Tijuana. El horario que sus sonidos suenan más recio es de las 12 de la noche a las 3 de la mañana. No hay un policía que los calle. La mayoría de los vecinos no buchones no les queda de otra que aguantar las parrandas buchonas para no meterse en problemas posteriores con ellos porque suelen ser ogros. No en vano en las redes usan a los personajes de Shrek en memes para compararlos ya que son muy parecidos en fondo y forma: son volubles, tienen sobrepeso, la mayoría son desordenados y un tanto sucios. Como los ogros de Shrek.
De estracto social clase media baja y baja, los buchones son también la clase aspiracionista, lo cual, no tiene nada de malo. Ellos replican los códigos de la tribu urbana: sacan electrodomésticos a crédito, tienen carros sin regulación, se la pasan todo el día con teléfono en mano y con la televisión encendida en la programación de moda (Netflix, Bim, YouTube, Tiktok, Disney plus, Facebook) visten urbano vaquero sobretodo los fines de semana, la buchona usa pantalones ajustados de mezclilla y con calzado deportivo y que por cierto nunca hacen ningún deporte. Tampoco se interesan por actividades culturales.
Es una combinación de tóxicos de consumo habitual y alimentos de baja calidad y abuso de drogas como el crico, la mota, los tostilocos, los camarones en aguachile, zuko de todos sabores, tonayan y pelón pelo rico.
Los buchones comen fideos condimentados (sopa maruchan) botanas (barcel y sabritas) cuando se quieren dar un lujo beben six packs de cerveza con camarones enchilados encima y otras bebidas preparadas con chamoys, polvos picantes, mangos, pepinos y ositos de goma. Beber y comer esos manjares es considerado por ellos parte esencial de llevar una buena vida.
Los buchones reales, por lo general, no saben que lo son. No hay pues buchones pretenciosos, se es buchón o no se es, por eso cuando no saben que lo son, se vuelven mucho más genuinos que los simples imitadores.
Los buchones tienen muchos hijos a los que los registran siempre con nombres extranjeros para distinguirse de los nombres comunes y corrientes como Juan, Pedro, José, María, Graciela y les ponen nombres como Irving, Bryan, Iker, Kimberly, Britany, Yesly y así, conformando, sin saberlo, una moda de nombres en las nuevas generaciones de buchones dentro del mundo proletario. Por lo general los buchones no son peligrosos si no se meten con ellos.
Pero cuidado de meterse con un buchón o una buchona porque se van arrepentir si bien no de por vida, sí en caso de tenerlos como vecinos o como parte de la familia política.
Verdeth