No tengo amigos. Compas, compis, compitas uno que otro en redes sociales. Si me atora la carreta y necesito hacer unos pagos, debo empeñar algo, malbaratar cosas para venderlas rápido porque no tengo un solo amigo que me preste un poco de dinero. Creen que no les podré pagar.
Nunca he sido sujeto de crédito. Vivo al día como muchos otros. Por eso lo que más me gusta luego de trabajar es ahorrar lo ganado.
Me agüita un poco no tener amigos sólo porque antes tuve muchos, casi todos de hueva, pendejos y ególatras. Los buenos anigos ya se murieron de enfermedades, de viejos, de drogos.
La política me ha robado hasta los pocos amigos que me quedaban. Defensores del izquierdismo, del liberalismo, del asqueroso sucialismo, gente que odia trabajar y quiere todo gratis, gente que me odia nomás por ser católico. De esto no estoy muy seguro pero de lo que sí lo estoy es de haber perdido a muchos amigos y conocidos desde que me tomé más en serio la religión. Pero no tanto.
Cuando fumaba mariguana también tenía muchos amigos y ahora que no fumo nadie de estos me habla. Sólo me aguantaban estando mariguanos.
Los pinches ex amigos escritores son los peores de todos, los más viles, los más chupabolas. Me caen tan mal los hijos de la chingada. No respetaron la amistad.
Y luego de los escritores están los moneros chairos. Pues ya muy intelectuales no son. Me da pena haberlos conocido.
Amigas no tengo ninguna. Una comadre por ahí tendré regada pero que no nos vemos ni de pedo.
Hay ventajas en no tener amigos:
No te chapulinean a la novia o a la mujer.
Ahorras dinero en salidas y pedas.
Te concentras en tu trabajo, en tu obra, en tu escritura, en tu salud.
Sin amigos no contribuyes con la hipocresía, con la pretensión, con el malentendido, con los chismes ni las traiciones.
No te piden favores (de dinero, sexuales, de ayuda, de trabajo no retribuido).
Puedes ser tu propio mejor amigo y querer y procurar lo bueno para ti.
Te dura más tu bebida, tu droga, tu dinero.
En suma, no hay nada mejor que estar solo, saber que no cuentas con nadie, entender y aceptar que morirás solo y que nadie te llorará ni echará de menos.
Uno tiene lo que se merece. Si no tienes amigos, te lo tienes bien merecido.
Verdeth
