sábado, 20 de agosto de 2022

MANOTEAR AL AIRE

¿Para qué tener amigos con los que no se tiene nada en común? No hay mucho en común con la gente de hoy. El individualismo es una opción, a veces una salida pero no funciona por mucho tiempo. Queramos o no somos seres interdependientes. Nos necesitamos los unos a los otros. Yo pudiera encerrarme a leer por los menos 80 libros que tengo en lista de espera. Y le sigo añadiendo títulos. De ser diferente tendría muchos amigos pero como soy un solitario empedernido con casi nadie salgo, hablo ni convivo. Siento que no soy buena compañía. A la poca gente que trato no les veo el gusto de conocerme. Me tratan con desdén y desconfianza.  Muy su pedo, yo respeto. De cualquier manera sólo me concentro en lo mío. Con pocos o con casi nadie hablo de política, de arte, de música, cine, religión, de cultura. De ciencia no porque soy un ignorante al cuadrado en el tema. Cada quien se ocupa de lo que realmente le interesa. Y a la mayoría de la gente ya no le interesa nada. Trabajo, redes sociales, consumo, entretenimiento y paren de contar. La gente de hoy no hace nada más. Ya ni siquiera pensarla un poco más. Yo no me creo muy inteligente pero al menos la política y los medio masivos no me juegan el dedo en la boca. El entretenimiento es pobreza. Yo odio la incultura a mansalva. Una casa sin libros es una guarida de esclavos. La gente que teniendo libros no los lee es zombi. Sólo lo feo, lo estúpido, lo grotesco, lo vulgar, es aquello que gusta y tiene mucho éxito. 
Las cartas fueron echadas y está mano nos tocó jugar. Juntando números, ganando puntos. Uno no es parte de todo eso. Uno aunque es arrastrado se aferra a no ser llevado por la corriente. En tierra no hay quien nos dé una mano. Si no nos aferramos a algo nos iremos al precipicio. 

Verdeth