domingo, 12 de noviembre de 2023

EL CONOCIMIENTO DE LA BORREGUIZA DA HUEVA.


Burla al terraplanismo. Autor desconocido.

Hace unos 6 o 7 años me adentré al tema de la tierra plana motivado por un genuino interés. Me considero un escritor, un pinche escritor desconocido gracias a Dios. Y lo conocido nunca ha sido interés de un verdadero escritor. Lo ya conocido por todos sólo les interesa a la borreguiza, a los vendedores de libros y revistas. Ya te la sabes, la gente, la perrada, el vulgo, es muy amante de que le digan que tiene la razón en todo, que lo aprendido en las escuelas sirve para mucho en la vida porque de no ser así sentirían que perdieron muchos años en algo que es completamente inútil y falso, porque de hecho así lo es, pero la masa, la mayoría de gente, perrada o borreguiza, se contenta con creer que sabe y que está en lo correcto todo el tiempo.
Entonces la capacidad de asombro se pierde. El interés por lo nuevo sólo permanece en individuos, en personas que tienen el hábito de la lectura, esos que se avientan al abismo de lo desconocido en una novela, en un texto filosófico ya sea moderno o antiguo. Si un güey cree que ya sabe todo no tiene mucho que aprender. Se cierra a la novedad.
La masa, el público consumidor, ese no quiere complicarse la vida. Se conforma con todo aquello que le han puesto en el cerebro como realidad y ya está. Por lo tanto los productos de consumo masivo deben ser por la mayoría conocidos, harto predecibles. Ya se sabe lo que se espera del bueno y del malo de la película, la novedad es la forma, el tiempo en lo que sucede lo mismo de siempre: 

en el lejano oeste una pareja de forasteros que se aman y se enfrentan a dificultades en un pueblo sin ley, una ópera espacial, una relación de amor prohibido y la lucha contra un imperio galáctico.
 Los live action de Disney que son las películas animadas de 80 o 90 años de antigüedad ahora las hacen películas normales con actores y actrices de pacotilla. Esas producciones infumables no están pensadas en gente que tenga el hábito de la lectura, que sean críticas. Lo predecible del cine comercial chupa un huevo. 

Como escritor todo lo conocido me da mucha flojera. No me importa saber algo que mi vecino analfabeto da por sentado.
Yo he visitado muchas casas y no veo libreros. Otra: nunca he conocido una mujer que me presente su librero. Conozco a quienes leen pero resulta que sus libros los  traen en su teléfono en PDF, no son mucho de apartarse en silencio a leer un libro impreso, ni tienen libros pesados sino que muchos tienen literatura ligth a la que el lector debe darle un sentido. 

Y está bien, la mayoría así es, no les gusta leer y chupan huevo ¿me explico?
Se conforman con el conocimiento que mamaron en las escuelas públicas. Precisamente ahí todos sabemos que la tierra es un objeto esférico que está en el espacio que es muuuuuy grande e infinito, en eterna expansión. Y que el globo terráqueo gira sobre su propio eje creando el día y la noche a puro movimiento perfecto y que así alrededor del sol llevándose un año en completarlo. Y así junto con los otros planetas que por cierto tienen nombres de dioses paganos. Sin embargo el universo se hizo de la nada y la aleatoriedad en miles de millones de años creó el orden actual. Ahí está. Así lo dijo Kepler, Galileo Galilei, Copérnico, Newton y quienes tú digas. Porque esa es la verdad científica, eterna y absoluta, y sólo los ignorantes se atreven a cuestionarla. Y yo daba por hecho todo ese conocimiento cuando fui un niño tierno o un subnormal adolescente que se creía todo lo que le enseñaron en la jodidísima escuela pública mexicana que está para llorar.

Me acerqué al tema de la tierra plana  porque no sabía nada de esto, para mí era al principio como esas ondas de la teoría de la conspiración. Y llegué a la Biblia. Y la tierra plana era un conocimiento religioso, y lo sigue siendo pues la Biblia no ha sido modificada y en el capítulo del Génesis se relata la forma de la tierra: plana, inmóvil y cubierta por un firmamento cristalino que separa las aguas del cielo y de la tierra. Y el sol y la luna giran alrededor de la tierra creada por Dios. Creacionismo puro y duro.
Ni la Biblia ni yo tratamos de convencer a nadie de que esto es real. Lo es y ya. Lo sabemos y ya. Que venga un pendejo que en las redes sociales se burle de mí por lo que digo, me la suda. Es más importante lo que dice la Biblia que el científico más grande de toda la historia. Y me la peinan.

La chamba de un verdadero escritor, y no de un vendehumos, es la de adentrarse a lo desconocido, lo impopular, lo misterioso. A mí me da grima la tierra bola. Es una pendejada. Me quedo con lo que dice la Sagrada Biblia aunque no sea muy religioso y de hecho en la religión católica creen en la tierra bola y hasta en la teoría de la evolución. Si todos quieren adorar su famosa tierra bola, adelante. A mí no me afecta. O creer que provenimos del chango. Por mi no hay problema. Le dije una vez a un ateo evolucionista: changa tu madre pues.

No todo lo que se ve en los medios es real. No todos lo que sabes es verdad. No todo lo que conoces es cierto. El escritor más que nada es un lector. Si sólo escribe y publica libros no es escritor, es un vil autor y por lo regular vendehumos, que abundan. Por ejemplo todos esos autores que hablan de un Jesucristo no canónico. Vendehumos. ¿A quién le interesa saber de un cristo apócrifo? A alguien que cree firmemente en su religión los mitos sobre Jesucristo no le importan. 
Yo creo en todos los dogmas religiosos del catolicismo y como autor no me interesa escribir nada sobre el tema.
Creo que nada de lo que diga del cristianismo le aportaría algo, ni siquiera a mi propia fe. Entonces me callo. Conozco muy bien el cristianismo y sé distinguirlo de todo aquello que no lo es. Por lo que he leído, no basado en la pura fe. De hecho la sola fe es insuficiente. Porque existe buena y mala fe.
Ahora no me preocupo por divulgar la forma de la tierra, ni mi religión, ni la forma de la tierra basada en la religión; si crees en Dios o no, me vale un pepino. Si crees en la democracia, en el mundo del espectáculo, en los políticos, por mí chupen un huevo. Todo lo conocido por la perrada me da pereza, no me estimula intelectualmente. Búrlense de quienes piensan distinto, no nos afecta. Pero  hasta del adoctrinamiento quienes no tienen el hábito de leer no retienen ni lo básico para argumentar. Verborrea de maestros de otros maestros y repetidores de lo que todo mundo sabe y que no se atreven a abrir su perspectiva más porque temen a las burlas de la borreguiza adoctrinada en los centros educativos de un estado que da la educación que le sirve: lo conocido por todos y que repiten desde la educación primaria hasta la universidad, lo mismo y con fines oscuros: evolucionismo, heliocentrismo, relativismo, socialismo y globlalismo. Pues a chupar huevo. Chupar globo o chupar bola, da lo mismo. 
A mí no me importa ni me afecta. Pero a muchos sí les cabrea cuando alguien levanta la voz y dice la verdad sobre algo o revela un nuevo conocimiento que es contrario al conocimiento común.
Pues eso no nos importa, ya pasamos por ahí.