jueves, 20 de junio de 2024

NACIMIENTO DE LA OCLOCRACIA

La política ya me tiene muy asqueado. 
Toda esa publicidad política en la calle con caras de gente pendeja o malvada. 

No creo que una persona normal, productiva, sensata, haga sus votos  basados en las imágenes de una lona publicitaria puesta por todos lados. Y que además elija a la que tenga más lonas, bardas y pancartas en su colonia, barrio o calle.
Deberíamos ser más como los gringos que no abusan de la publicidad impresa. Cada quien pone en su casa lo que guste sea su partido político republicano o demócrata y ya. Vote Democrat. Vote Republican.

No hay tanto cochinero en las calles ni en avenidas como acá en el tercer mundo.
Y en las redes sociales el cagadero es brutal. Las redes sociales son usadas mayormente de izquierdistas, gente sin mucho qué hacer y con un gran resentimiento. 

Para las otras elecciones, si es que las hay, se debe normalizar que las encuestas presidenciales carezcan de valor. Son un instrumento mediático que sólo beneficia al presidente. No me imagino a una persona normal esperando las encuestas para ver por quién votará según quien las vaya encabezando sin sospechar que son pagadas para aparentar aceptación popular de unos y rechazo de otros. Pero esto no lo ven. De hecho la democracia no existe sino la Oclocracia. Y la oposición está comprada.

La drogacola es un bebida harto popular. Voy para 25 años sin probar ni una gota. Lo que piense, crea y haga el populacho a mí me la sopla. Y la política es algo más que Pepsiculo y Drogacola. O un América vs Chivas. Debía ser la lucha del bien contra el mal. Pero es la lucha de los malos contra los peores.

Ahora bien, creo que hay un poder más grande detrás del gobierno. Soy de esos que creen cosas raras que no descarto fácilmente. Por lo menos no descarto hasta tener una idea más clara de todo. 

¿Era necesario un periodo de 6 años de un pseudocomunista López Obrador?
No lo sé, no puedo creerlo. ¿Fue su desgobierno un castigo para el pueblo mexicano apático, apolítico? 
O quizás Amlo fue un castigo divino.

Pero si la cosa política es normal: ¿Entonces quien elegiría a ese espantajo que supuestamente ni es mexicana de Claudica Sheinbaum?
El problema nuevo es la falsa oposición. 
Toda la política está maldita.
La dictadura que nació el pasado 2 de junio tenía décadas gestándose.
¿Ahora que sigue?
Pues unos pocos a disfrutar lo votado y otros, la mayoría, a padecerlo.

Deth