Porque me agrada la mujer, pero ya no tanto como antes. Coqueteo un poco para comprobar si aun existo, si no me he convertido ya en un jodido holograma de hombre. Ahora pienso que la mujer no tiene nada de débil, que el sexo débil es un hombre que ha eyaculado. Bendito es el día en el que una mujer no consume nuestras energías. Hay que saber economizar. Me protejo de la mujer concentrándome en las desventajas. Digo, lo pienso; mi mujer no me lee. Pero de ser libre, igual. Me concentraría en las desventajas de introducirme en una mujer. Se me apaga toda pasión y calentura. Y me sobran oportunidades. Pero me concentro en los contras, los pros siempre ganan aunque sean pocos. De tener un pene enorme estaría macaneando todo el tiempo. Pero como no, apago mis calenturas.
David Gordon
Verdeth Zine