jueves, 8 de abril de 2021

UN AÑO SIN CONTENTO

 

En un año se ha normalizado el perder el contento. Primero está la seguridad, la higiene, la sana distancia y la obediencia. ¿Y el contento? Eso ya no importa. Hasta los niños están perdiendo la alegría de vivir. El contento nace de la inteligencia, del hacer cosas satisfactorias y provechosas, productivas, recreativas y diversas. Se ha vuelto anormal la alegría espontánea que surge del contacto, de la socialización y humanidad, del júbilo de estar juntos en un bar, en un restaurante, en la playa o en el bosque. A los psicópatas que nos gobiernan no les importa que estas condiciones de la pandemia de un año a la fecha se extiendan por más años. Que así sea como ahora de aquí para siempre. Quieren que estemos infelices, enfermos, separados, pobres y estúpidos. Estar contento en un mundo decididamente idiota y decadente es hoy es una sana rebeldía.

 La falsedad puede crear la ilusión de alegría pero nunca de contento, una rama de la felicidad superior que se nutre de la verdad. La falsedad sólo es perjudicial.

TÓXICOS

Fíjense en los pinches tóxicos ¿están contentos? Nunca. Se alegran de cosas malas, se burlan de lo bueno. Los tóxicos son mezquinos, envidiosos, impotentes, incapaces. Hay que cuidarnos de los tóxicos pero sobretodo de no ser uno.

Verdeth