En todos lados hay élite culturoide que aparte de vivir del gobierno determinan quien la cuaja y quienes no. En México la gente culta que no tragaba a Juan Gabriel luego de un tiempo lo aplaudieron en el Palacio de Bellas Artes. Así es el mundo del plástico. Si vende, no te quejes. Es cultura. Igual Paquita del Barrio y su música de arrabal. Si gusta, es cultura pero no pasa. Hay que ser agradecidos con la cultura, con el comercio artesanal, con los artistas, con los que embellecen, con los que hacen pensar y vivir mejor.
Ahora hay muchos cultos y contracultos que hacen y deshacen pero nadie los pela, ni tienen conectes en el gobierno. Esos son los verdaderos artistas. De ellos depende la producción artística y cultural de un país, de una región, de una comunidad. Si dejamos todo en manos del gobierno ¿Qué tendremos de cultural? La cultura del narco, Belinda, Caifanes, Maldita Vecindad, música ska, corridos pesados, béisbol ese pinche deporte de huevones, panzones, borrachos y comunistas. Horror. No es cultura sino tortura.
En conclusión: hay que ser agradecido con la buena cultura: La pintura, la música, la danza, la literatura, la poesia; no queremos peliculeras que produce el gobierno y las hace con las patas. El gobierno destruye, no produce. Roba y mata, no le importa la cultura. Lo que presenta el gobierno como cultura no siempre es una cultura comprometida, ni de calidad ni artística.
Lo del gobierno es cacarear, lo del gobierno es mentir y tergiversar. No el arte, no la cultura. Eso no le importa a los poderosos.
Verdeth