Todo lo que hago es una caricatura, una deformación. Soy un troll. Yo mismo soy una deformidad. Mi personaje es un pecador empedernido. Los raperos odiarían lo que hago como rap porque hay ciertos tópicos, temáticas y estéticas para hacer algo de rap aceptable, valores que no comparto además de ya estar viejo para ser rapero. Pareciera que busco molestarlos con mi música pero no tengo una gran recepción de mis temas.También a los cantantes románticos les propongo una broma musical llevada demasiado lejos.
Me admiro porque vivo en una ciudad apática y socialista y yo conservo un espíritu creativo, crítico, burlesco de mí mismo y de casi todo lo demás.
Algunos me critican que quiero caerle mal a toda la gente. No, más bien es que yo no quiero agradar ni amo la corrección política, ni me considero un fracasado por no venderme artísticamente.
Con hacer lo que uno quiera, dentro del arte, y por el tiempo que uno quiera, es más que suficiente. Encajar, gustar, vender o ser difundido en los medios no es mi prioridad.
Es imposible no dejar pendientes, es difícil hacer todo lo que uno quiere y al mismo tiempo hacer todo lo que uno debe.
Me alejo de la gente para no odiarla; luego si uno habla demasiado con otros les da por creer que somos un buzón de sugerencias.
Eso déjenlo para alguien que no sabe qué hacer con su vida.
Un sinvergüenza, un intrépido, una bestia no siguen consejos. Y uno como artista tiene un poco de eso y actúa conforme a su propia ley, instinto y necesidad. Luego a veces uno toma demasiado en cuenta lo que dice el círculo cercano y familiar.
Pues también de estos hay que mantenerse alejados para mantener la cordura.
Y además los dados ya fueron lanzados.
Verdeth