martes, 1 de agosto de 2023

GORDO

Gente obesa siempre ha cargado, aparte de sus kilos de más, con una repulsión social evidente. El estigma se lleva demasiado lejos al grado de que se considera a los gordos como gente estúpida, floja e insana. Ya no sólo se trata de que el gordo o la gorda sea ridiculizada en la escuela, en el trabajo e incluso en la familia. También en el mercado laboral prefieren a aquellos trabajadores que no tengan sobrepeso para que pueden hacer mejor sus tareas.
No en todos los casos aplica ya que muchos gordos, a menos que estén en condiciones de obesidad mórbida, puede realizar normalmente su trabajo.
Los kilos de más, el vientre abultado, el exceso de carnes y piel no siempre estorba las labores de un empleado. Un diseñador gráfico -por citar un ejemplo- puede trabajar sentado así se caiga para ambos lados de su asiento o aunque sea más fácil brincarlos que darles la vuelta.
Si hay un problema con la obesidad por ejemplo en el transporte público y es que hay unos gordos (y gordas) que no caben en un asiento y deben ocupar espacio doble lo cual es justo. Si al gordo o a la gorda le molesta pagar doble del autobús tiene tres opciones: ir caminando, tener carro propio o trabajar en casa. Y es que el chófer no tiene la culpa que hayan gordos que le ocupen otro asiento sin pagarlo y tienen razón porque la economía no es diferente a la de nadie más. Igual si van parados los muy gordos luego no dejan pasar a la gente si quiere bajar y estos obstruyen el pasillo de la salida.
Y es que a los gordos no los mantiene el gobierno y ni tienen descuento especial. 
Gordos hay muchos y por diversas causas entre ellas malos hábitos alimenticios, problemas emocionales y en el menor de los casos hay gente muy comelona y de ahí se explica el gran porcentaje de gordos que existen actualmente. 
Los niños gordos son considerados tontos, inútiles, lentos y poco hábiles para el deporte. Asumen que el gordo está así porque no le gusta cuidarse. Pero la comida es droga y un gordo es adicto. Nada más triste que ser gordo, pobre y estúpido. En un sufrimiento integral. Porque se es gordo por comer pobremente, por no ejercitarse, por no ser productivo, por estar pesado y enfermo, por no ser inteligente en la escuela ni eficiente en ningún escenario productivo.
Un gordo se autodestruye en cada bocado de alimento que contribuye a la acumulación de grasas y tejidos adiposos. Un gordo no tiene buena circulación y tiene un cerebro más deficiente, un cerebro que no ayuda sino por el contrario es un cerebro que busca su autodestrucción. 

Es por ello que la mayoría de la gente concibe a los gordos como personas poco inteligentes. Y lo son. Lo somos. Comer demasiado es nuestro pecado. Nadie repara en nuestras motivaciones, sólo nos condenan por nuestra gula pecado capital. Poco nos importa la hambruna del prójimo, andando bien comidos y que se caiga el mundo. Andamos con la toxina a flor de piel, nuestro olor corporal es más intenso. Dios no pensó en nosotros viviendo así pero el demonio es feliz porque a mayor peso el alma es más débil, más escuálida y vulnerable. 
A los gordos nadie los quiere. A veces a un gordo sólo lo quiere sinceramente otra gorda que cree entenderlo pero mayormente ni eso. Un gordo debe pagar a una valiente prostituta por un rato de pasión, de cariño y afecto aunque sea ilusorio. El gordo nunca tiene un amor sincero. Es la lástima o el interés lo que motiva a una mujer amar a un gordo y viceversa. Porque las gordas también sufren menosprecio pero la verdad no tanto porque el hombre sufre silenciosamente por su condición de hombre como un ser sin valor per se y por estar obeso. Ante la ley un hombre solo carece de valor, debe adquirir una mujer, un ser valioso de nacimiento ante la ley porque ella puede proveerle hijos pagadores de impuestos por los que un estado vive parasitsndo. El gordo tiene parásitos por dentro y por fuera. Y si ese gordo no se casa ni tiene hijos vale mucho menos y es mejor darle la libertad y las condiciones para suicidarse ya que para el estado el gordo es un estorbo porque rara vez se reproduce. En cambio una gorda es bastante cotizada. Si bien en las redes sociales hombres y mujeres se burlan de las gordas en la vida real no tanto. La gorda tiene protección familiar, social y estatal. De una gorda se pueden esperar algunas crías pagadoras de impuestos a menos que sean gordas mórbidas, estando en condición de obesidad mórbida entonces vale igual que un hombre gordo entonces se espera que ambos mueran pronto. No es casual que muchos alimentos que provocan obesidad como el pan, los dulces y las tortillas de maíz sean bastante económicos o estén al alcance de todos los bolsillos para que los gordos los consuman en más cantidades y los alimentos que hacen bien como las verduras, frutas y hortalizas sean bastante caras. La obesidad como un programa de reducción social. 
Nada más triste que los esfuerzos de un gordo por ser amado y aceptado en la sociedad. Esas personas no se ven al espejo estando desnudos. Si lo hicieran más seguido comprenderían que amar y aceptar a un gordo abominable es mucho más difícil que aceptar nuestra propia realidad. En cada gordo hay una persona abusada, abandonada, triste, infeliz no sólo por problemas de salud sino por falta de afecto, de ternura, de dulzura, de amor. Un gordo de gran corazón que se autodestruye porque la vida, Dios, familia y amigos le han quedando debiendo de eso tan necesario para continuar viviendo sin sentir que nos hace falta algo, ese algo que ni todos los placeres de comida juntos pueden reemplazar. Más difícil que adelgazar es soltar aquellos tristes recuerdos que llevamos aprisionados en el cuerpo y que pesan tanto. La mujer ha sabido sacarle provecho a su condición y se especializa en victimizarse, ahora otras mujeres gordas le han hecho creer que ella es bella sin importar con 50 o más kilos extras, que debe acabar la gordofobia y aceptarse tal y como uno se ha permitido estar. 
Pero nosotros los hombres no caminamos con tanta suerte. Algunos gordos pueden adelgazar pero aquello que nos hizo inmensamente gordos por años, el factor mental, ahí sigue por siempre, esto es, de por vida y es precisamente lo que no tiene remedio.

DG