Hace no mucho y aún con o sin novia yo siempre fui mucho de piropear a las mujeres en la calle o en los museos y transportes públicos. A unas les gustaba, otras no tanto y muchas otras les era indiferente mi opinión sobre aquello que a mi vista las hacía únicas. Era como un deporte halagarlas, chulear mujeres de todas laa edades y era un gran pasatiempo. Nunca le decía nada a las fodongas, a las que no se cuidaban, a las que tenían los pies feos, ni a las tatuadas. Mucho menos a las hombrunas, a las que a todas luces tenían aspecto de misándricas porque al verme como que les daba asco.
Pero hace un poco más de 2 años que no les digo nada a las mujeres en la calle ni en ningún lugar por muy bellas que estén. Desde el ascenso de la misandria en tidos los ámbitos.
Algunas empleadas de mercados u otros establecimientos me sonrien y me quedo indiferente, frío. Porque sé que les pagan para hablarme así. No me importa hacer sentir lindas a las mujeres. Las que me parecen bellas de algún modo ya saben lo son. No necesitan de Simps que se lo confirmen. No esperaba ni las gracias pero ya no son tiempos de echarle flores a las féminas, no les gusta y nos puede acarrear problemas, ser catalogados de acosadores, de violadores potenciales yo mejor me la llevo tranquilo y sin problemas.
Verdeth