domingo, 27 de agosto de 2023

NECESIDAD DE ATENCIÓN

Cuando se es escritor la necesidad de llamar la atención, debilidad de todo artistoso, pasa a un plano ínfimo. 
Para empezar, no soy Paolo Coelho y ni siquiera un literato de medio pelo. No me lee ni mi madre y hace muchos años que lo sé. 
Eso sí, escribir me acompaña, escribo para no sentirme del todo solo siendo que escribir es algo que aprendí desde niño casi por cuenta propia al igual que leer. Entonces sólo ejerzo lo aprendido alguna vez.
¿En donde está la supuesta necesidad de llamar la atención, el ego y la vanidad, en hacer algo que todos deberían hacer y que se aprende desde la infancia? 

Otra cosa: ¿Y si escribir, dibujar, cantar, rezar o hacer comida es lo único que nos hace felices, debemos dejar todo porque podemos llamar la atención con esas actividades?
Llamar la atención no es una necesidad ni una adicción. Es la consecuencia de hacer o decir algo de interés. 
Tengo varios libros que aprecio de varios autores desconocidos y que estoy seguro de que fracasaron en ventas, que nadie habla de ellos, que nunca aparecen en televisión ni en videos y ni siquiera en periódicos. Los buscas en facebook y no tienen cuenta en la red social o quizás ya hasta se murieron. Y no importa; para quienes nos gustan sus libros el escritor sigue en esas páginas diciéndonos algo. 
No se muere de falta de atención.
No se muere de incomprensión, ni de amor, mucho menos de ego malherido.
El escritor muere cuando debe morir y a veces se adelanta auto recetándose la píldora de plomo, saltando al vacío, bebiendo el té de las hadas o hundiéndose en el mar. El método es lo de menos. 
Llamar la atención de desconocidos nunca fue el objetivo, tan sólo decir algo. Compartir una alegría, una tristeza, una historia que nos inspire y dé fuerzas para seguir viviendo  y con algo que compartir a pesar de todo.