Xóchitl Gálvez se está posicionando como la candidata a la presidencia de México. Los otros aspirantes del frente opositor no levantaron en las encuestas. No quieren dar su bracito a torcer y se aferran esperando que Gálvez baje en las preferencias, cosa que no está pasando y me atrevo a decir que no pasará.
Hace falta que Xochitl se tome un poco más en serio el asunto. Es una mujer muy dicharachera, dice algunas groserías frecuentemente. Si quiere conectar con el vulgo está bien pero también debe redoblar el esfuerzo para ganarse por igual a la corrección política.
Por ejemplo hizo un promocional diciendo: Órale, primero estaban chingue y chingue que me decidiera a contender por la candidatura a la presidencia, ahora firmen. No la chinguen.
A mí no me ofende su forma de hablar, yo soy muchísimo más grosero en público y en privado. Pero no quiero ser presidente de la república. Los presidentes y candidatos a la presidencia anteriores no eran mucho de decir palabras altisonantes en público, cuidado con eso porque la gente que no la quiere o la que tendrá su primera impresión de ella se puede llevar un disgusto innecesario y afectar a la hora de dar a conocer las propuestas.
También Xochitl todo el tiempo ha usado bicicleta. Y es bueno que salga a dar paseos con la gente. Pero no tanto. Igual su imagen indigena, que lo es, pero también que vista como funcionaría pública para captar el voto de los líderes, de la gente de clase media y alta y no sólo que aparezca con huipiles y huaraches.
Que no se enganche con el Cacas. Está bien que le ponga esas merecidas demandas pero que hable de él lo menos posible, es lo mejor. Nadie habla más que el Cacas, en hablador no lo va a superar ni queriendo así que no compita contra él en algo donde no ganaría ni de milagro.
Además todos estamos tan hartos del presidente y sus "corcholatas" que ya no queremos oírlo, verlo ni imaginarlo. Yo no soporto oírlo hablar, su tonito de voz, su risa de demonio de pastorela, sus mentiras, nada. Cuando el Cacas habla le pongo en silencio a mi teléfono o a la tv.
Lo ideal es que la aspirante presidencial se condujera como si el Cacas y su gente no existieran. Pero no tanto. Porque si están ahí y muy molestos por la recepción que ha tenido Xochitl Gálvez en todos los sectores sociales. Están molestos y la quieren en la cárcel. Ahora es un sistema corrupto en contra de una mujer honrada, trabajadora desde niña y que nunca ha vivido a costillas del pueblo, cosa que López Obrador no pudo evitar porque siempre ha sido un vividor de la política y su gobierno no es más que una lavadora de dinero.
Van a defender su negocio y sus ganancias como gatos panza arriba. Por eso debe ser muy cuidadosa en sus mensajes que buscan la conexión, empatía, entendimiento y propuestas reales y concretas, no hacer vanas promesas y si ofrecer un verdadero plan de trabajo una vez que sea oficial su candidatura.
Y a ver cómo nos va, esperemos que bien.