Anoche había un gran alboroto, un buen ambiente turístico, en la calle principal de Ensenada. Iba yo lo que le sigue de cansado con rumbo a casa por la dichosa avenida y un par de calles más allá y mientras pensaba ya estar en mi cama vi a un indigente calvo y barbudo que dormía en una banqueta y usando su brazo de almohada. ¿Acaso era yo mismo en una dimensión futura? Sus ojos cerrados, la suciedad de su cara y el manto de la noche me impidieron cerciorarme de que no era yo mismo. Dios, perdoname ser a veces tan malagradecido.
Me es difícil explicarlo, pero lo entiendo. Las consecuencias de la retorcida e inhumana fraudemia socavaron la sana economía que generó otra de tipo eventual pero suicida. No busca ya el crecimiento sino la destrucción de la clase media.
Otro de los fenómenos que siempre han existido pero que ahora cobran mayor fuerza es la de ya no pensar ni un poco en nuestro futuro o en generaciones futuras. La mentalidad de hoy por hoy es, en general, "andando yo caliente, que se chingue la gente".
Si el dinero tuviera alguna relacion con el amor, funcionaria mejor. El dinero.
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Autocompadecerse no es tan terrible. Podemos ser nosotros mismos nuestro único y real apoyo.
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El reguetón es un sonido exclusivo para el apareamiento, lo cual se vuelve profundamente conservador de la peor ralea y anti intelectual.
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Si el tiempo se nos fuera tan rápido trabajando que descansando, trabajar no tendría sentido. Y el mundo seguiría en cavernas. O sea que el mundo seguiría enteramente chairo.