Comer, cagar y dormir porque no hay más. Hay que comer cuando se pueda, dormir cuando sea y cagar cuando se deba.
Le pido a Dios que me mande una señal, cuando volverá todo a la normalidad. No me responde pero algo me dice, quizás mi ángel de la guarda, que nunca volverá la normalidad anterior. Debemos, a huevo, aceptar la nueva normalidad y porque no hay de otra.
A mí no me quita el sueño. Duermo cuanto pueda dormir, 7, 8, 9 horas de ser necesario. Antes dormía menos de 5 y me sentía muy jodido. La comida no es lo máximo para mí. Soy un gordo pero ya por la edad y malos hábitos, no por tragón. De hecho ver mucha comida, olerla, ver que se la comen, ver comer, me da asco.
No estoy bien, lo sé. La comida de restaurante es de lo peor. Uno tiene que pagar mucho dinero para poder decentemente. Yo como estoicamente frijoles, huevo, chile y tortillas. Bebo café y cerveza. Una pieza de pollo, una ensalada de pepinos, de vez en cuando un sandwich de bolonia o atún. Y hasta eso tengo buena digestión pero cansa cagar, cansa la caca, cansa limpiarse, cansa vivir.
Pero un dia dejaremos la mierda, el dolor, el cansancio, la hipocresia, la miseria. Esa es mi fe y yo se las comparto.
Por si quieren.
Verdeth