sábado, 16 de octubre de 2021

MAL PALO


Todas las mujeres de mi pasado ahora me odian con todo su corazón. Yo que sabiendo o no lo único que hice fue darles mi tiempo, mi sexo, mi dinero, amor, respeto; y sólo me odian, me bloquearon, me dejaron como un perro amarrado en un lote baldío. 
Unas me dejaron porque no soy rico, por mi pene mediocre, por mis grandísimos huevos, por mi pesado cuerpo o por mis nalgas planas, qué sé yo. Me quedo con  la duda: ¿por qué me odian tanto? Nunca me lo dijeron abiertamente, lo tuve que intuir.

En todos lados nos dicen: aléjate de la mujer divorciada, de la que tiene hijos. Aléjate de la mujer sin metas, huye de la mujer que sólo tiene una panocha que ofrecer. El amor es interés desmedido por una persona o actividad. Me ilusionaron que yo era suficiente, por meses, por años.
Cuando se acaba el sexo ya no hay nada más. Se pierden el respeto. No hay plática, no hay cultura, no hay interés más que volver cuantos antes al propio ritmo de la normalidad.

¿Y qué es la reputa normalidad ahora? 
No sé, pero que una mujer mediocre de esas me lo diga.
Porque si te metes con una mujer mediocre tienes que ser un mediocre para perdurar en su amada mediocridad. La realidad es que la mediocridad no lastima. 
Siempre he sido un idealista de la Verdad y del Bien, de lo Sagrado. Es lo único bueno que tengo. Pero prefiero ser malo a ser un mediocre para que la mujer común y corriente me acepte y me preste un rato sus carnes y cara con sonrisa falsa, sobreactuada.

Me arrepiento de haberlas conocido. Pero Dios así lo quizo y ni modo. Debí haberme largado a Europa, a Canadá. Pero jalan más un par de tetas que una carreta. Algo así va ese dicho pendejo. Hace mucho que abandonamos las putas carretas. Y a cierta edad las tetas ya no jalan. Ni la calentura de panocha, ni las tepalcuanas. Yo siempre quise una novia con automóvil. Nunca la tuve. Les digo, pura mediocridad en el amor. Yo sí tuve 2 carros del año, buenos ahorros, viajes, droga,  mujeres de ocasión a las que había que pagarles hotel, taxi, cena, cine, paseos.
Ahora no me importa cómo les va. Un tiempo pasado gracias a las malditas redes sociales contacté a varias de mis ex. Como era de esperar fueron frías conmigo, les importo una mierda. Si ya estuviera muerto para ellas mucho mejor, disfrutarán mejor la vida.
Algunas hasta lesbianas se volvieron. No estoy seguro que yo las haya orillado a volverse lesbianas porque luego de mí se han metido otros penes, pero creo que tuve algo que ver. Yo, que dí siempre lo mejor de mí así me pagaron con odio y el intento de olvidarme.
Yo he provocado que se hagan lesbianas, solteronas, carruseleras montapenes que piensan con las nalgas, hipergamas, gordas frustradas o que se casaron con hombres con aspecto de verduleros o taqueros totonacas, hombrecillos menores exprimidos y manipulables o con vatos pendejos pero con familia adinerada. 
Yo no seré el mejor hombre del mundo, lo único que tengo es sinceridad, amor, salud, humor. Así he sido siempre y sin embargo me quitaron de sus vidas, yo era un palo que las sostenía. Hoy soy un mal palo, voy a la fogata.  Tienen leña de reserva para avivar sus fuegos.
Debí seguir mi propio camino de monje anacoreta. Eso debí hacer. 
 

Verdeth