domingo, 18 de septiembre de 2022

VAYAN CON DIOS


Hay personas que amé en el pasado y que ahora me alucinan y odian, mayormente sin una verdadera razón. Quizás me frustra aún no haberles dado buenas razones para que me odien como es debido, con decencia. Si uno es idealista su pareja, sus amistades, si buscan solidez, deben apreciar algún tipo de idealismo o perfección. De no ser un poco recíproco siempre habrá monólogo y la subsecuente incomprensión de ambas partes. Y qué hueva de gente sin ideales en realidad. Y yo tuve unas parejas que no sé qué les vi; unas churpias que ni siquiera bonitas estaban. Déjate de eso, ni siquiera en lo sexual sabían lo que querían, no a mí.  Mujeres sin gracia alguna, sin talento de ningún tipo y todo por mi culpa de no querer estar solo de vez en cuando. Entre menos gente con la cual interactuar es mucho mejor. 
A mí nunca me verán agradeciendo likes o suscripciones a mis redes, me importa un churro tener 5 o un millón. No es algo que yo pueda controlar y es algo que no tengo que agradecer. Bonita cosa. Como esos pendejetes que cada mil hacen un video en agradecimiento, hacen un gráfico indicando la cantidad de gente sin nada mejor que hacer que seguir sus mamadencias. Agradecen que los vean miles y en esa acción quieren más, al millón, a los cien millones de seguidores. No tienen llene. ¿Y a cambio de qué? No tienen nada, no dan nada más que videitos de ellos siendo, paseando, consumiendo. Tener mil seguidores al pendiente de todo lo que uno dice sería para mí lo más parecido a una pesadilla. Ahora imagínate un millón. Ni aunque me dieran para comer. La gente está loca y se entreretiene con cualquier idiotez. Da pena.
En cuanto a mí ni mi familia me sigue en redes sociales, cosa que es ventaja para mí porque les llama el parentesco pero odian mi arte con todas sus ganas. También a mis pocos amigos más cercanos. El año pasado saqué cerca de 100 canciones, nunca me dieron una muestra de apoyo, una palmadita en la espalda, o compartir mi música por supuesto que no. En ninguna ocasión. Gente que dice amarme y querer lo mejor para mí es la más indiferente hacia todo lo que hago. En todo caso prefiero a la gente que no me ame pero que valore mis creaciones que aquellos que sobradamente me aman pero en lo artístico no me apoyan. Y si estos no son demasiados es mejor, es más real. A estos sí puedo decirles: VAYAN CON DIOS

VERDETH