Si muriera hoy mañana mi epitafio sin duda diría "fracasó en todo". Pero de verdad en todo he fracasado, no es pose ni es tratar de hacerme el diferente. En la escuela fui el gordo hediondo y estúpido sin amigos que se la pasaba dibujando en los cuadernos y libros de texto.
Jugué en un equipo de futbol infantil y casi siempre me la pasaba en la banca. Nunca metí ningún gol. El uniforme no me quedaba. El director técnico a veces me metía en el segundo tiempo más que nada por lástima. Cualquier cosa que me alejara de mi casa era buena para mí. Mi papá me pegaba un día sí y otro también y por cualquier pendejada.
Entré un tiempo a los boyscouts porque me invitó un primo. Nunca me dieron ni un puto parche, nada. Quizás porque no mostré mucho entusiasmo. Mi primer trabajo fue en la carpintería de mi tío. Me la pasaba barriendo aserrín, me pagaba muy poco. Odiaba mi primer trabajo. Querían que aprendiera un oficio, casi un oficio sagrado pues Jesucristo nuestro Señor fue carpintero. Pero yo no, ni al caso. Poco tiempo después trabajé como mensajero de telégrafos. Era muy mal elemento. El jefe me odiaba tanto que me daba las rutas más difíciles. Aún así duré 4 años trabajando allí. Todo mi dinero lo gastaba en comida, en compras superficiales en San Diego California. Me pagaban y en un par de días ya no tenía dinero. Tuve mi primera novia hasta los 20 años porque a todas las que quise antes me dijeron que no, por feo, gordo, estúpido, graniento, hediondo y pobre.
Entré a trabajar en varias fábricas, me salía o me corrían.
Ya que lo único que hacía era dibujar me junté en un club de caricaturistas, era el que peor dibujaba. Publicaban una revista de humor, más que revista era un fanzine que pocos leían. Nadie en mi familia apoyó mis aptitudes artísticas, por malas más que nada. Si dibujara bonito igual y sí me hubieran apoyado. He leído muchos libros, siempre digo que mil libros o más pero no se me nota. Intenté escribir poesía, a nadie le gustaba porque en verdad ni siquiera era poesía. Intenté hacer música rap, cantaba en tocadas de los amigos, ellos sí músicos de rock y a mí me tenían como un fenómeno junto con mi primo. También fui un fracaso espiritual ya que nunca ponía atención en misa. Por mis problemas de sobrepeso tuve que adelgazar mucho. Todos los doctores me decían que estaba hecho un gordo y tenía que adelgazar sí o sí. Ya delgado tuve muchas novias pero me la pasaba bebiendo cervezas. Y casi todas mis novias me cortaron por tacaño, por no ser romántico, me cambiaban por otro.
Y así he vivido haciendo puras pendejadas y fracasando en todo y sin parar.
En las redes sociales nadie me hace pela.
La comunicación no se me da demasiado. Escribo mucho pero puras pendejadas. Ya no canto, no dibujo, ni pinto. Sólo escribo pero nadie me lee y no tengo futuro, ni dinero ni nada que dar -como diría Juan Gabriel-
Ahora pienso que vale más una buena muerte que una vida mala y fracasada. Es a lo único que aspiro. Mientras tanto sigo fracasando.