sábado, 9 de septiembre de 2023

ASUNTOS MUJERILES

Ignoro si se trata de una cuestión de género o es sólo mi caso particular pero no recibo consejos de mujeres.
Las mujeres ven las cosas de una forma muy diferente a nosotros y así es en todo.

Obligación a que vean las cosas como nosotros no existe. Por ejemplo en lo religioso ellas están programadas a desconfiar de todo aquello que lideren los hombres, por ejemplo los sacerdotes. La mujer sería más religiosa si hubieran sacerdotisas. ¿A poco no? Las mujeres ofreciendo rituales religiosos es algo que no será, por precepto bíblico. También, pienso yo, es porque Dios es hombre entonces muy profundo en ellas hay una eterna desconfianza. Si Dios fuese mujer...otra cosa sería. Las mujeres que aman mucho a Dios son mayormente las beatas, las de creencias muy arraigadas.
No es el caso de las mujeres de creencias no judeocristianas.

De la religión pasamos a la política. La mujer es más participativa que el hombre. Pero se deja llevar mejor por una mujer política que por un hombre. 

En lo económico te dirán que te busques un buen trabajo, que puedas proveer siempre. Los niños y las mujeres son valiosos por sí mismos, no tienen que hacer nada en especial para valer.
Un hombre vale por su capacidad de proveer y proteger. Su recompensa es un poco de sexo, comida y afecto. Y eso es todo. Todo lo demás de un hombre, sus sueños, sus anhelos y sentimientos es lo de menos.
Una mujer hecha y derecha siempre desconfiará del hombre sin familia. Para ellas será siempre un egoísta criticable.

El buen hombre ve primero por el bien común en familia, la más buena mujer primero ve por sus hijos, luego por ella misma y las mujeres, y rara vez ve por los hombres. Hay veces que la mujer moderna primero ve hasta por los animales y luego por el hombre. Pero los sexistas somos nosotros.
Por lo consiguiente no es sabio escuchar consejos de alguien a quien que no nos ve como una prioridad, como seres sensibles e importantes sino como a un guardaespaldas, un cajero automático o un machito de usar y tirar o moneda de cambio por otro más joven, más atractivo o más rico u otra más manipulable.
Al cabo que un hombre no es nada sin la mujer ya que de ellas salimos.

Estamos solos.