jueves, 5 de agosto de 2021

TOSTACHOS CON VINO

 

La gente mayormente sólo quiere disfrutar la efímera vida. Algo tiene de irreal. Quizás quienes nunca se meten a las redes sociales tengan otra perspectiva, en su sencillez, que su vida es verdaderamente real. Pero nosotros no. La irrealidad no está en las redes sociales sino en nuestro pensamiento acondicionado por la educación, la religión (en el menor de los casos) la familia, los amigos. Tampoco el gobierno ha logrado manipularnos del todo. Quiere de toda intención pero es bastante complicado. Resulta que somos más ingobernables de lo que admitimos. Ya ni lo bueno ni lo malo nos hace demasiado. Por más que las sectas basura quieran eliminar el ego, éste no hace más que crecer ¿no será ese su objetivo real? Al parecer, puede ser. 


 

Las redes sociales son la nueva torre de Babel, un espacio donde reina el soliloquio. Solos y locos. Así nos encontramos para volver a perdernos. La gente no quiere enterarse de cosas negativas, por ejemplo la religión y sobretodo la católica, la máxima virtud. Porque les amarga la existencia, les señala su frivolidad. Pensar en otra vida es cansado. Preferimos lo artificial. A veces uno cree que al publicar de esas cosas contrinuye con algo para mejorar el mundo. No lo conseguimos. Lo único que obtenemos es burla, incomprensión y el odio de los nuestros. Y bueno, hay lugares para hablar de religión, de filosofía, de virtudes y valores. No en redes sociales, no la caguemos. La gente sólo quiere divertirse y nosotros somos un obstáculo a ese plan. 


 Yo