La gente sencilla gusta de celebrar sus cumpleaños, no sólo los propios, también los de la gente que aprecian. Cada que se acerca mi día de cumpleaños, hecho que me produce poca felicidad, me preguntan qué voy a querer de regalo. Y como de verdad no sé lo que me gustaría que me den siempre digo lo que sea. Una comida china, una botella de vino, unas colitas de mariguana que me liberen la mítica serotonina.
Pero lo que más me gustaría recibir de regalo y que equivaldría a ya no pedir nada en cada cumpleaños es tener un pequeño espacio como el que se muestra en la imagen. Un sillón reclinable, una televisión, un dvd multiregión que lea todas las putas películas que le meta porque el que tengo a veces no las quiere leer y las vomita. Una aparato de sonido, unas persianas que impidan la luz del sol que lastima mis ojos, un ventilador, lámparita para leer ocasionalmente algún libro pendiente de mi pequeña biblioteca.Un sistema de sonido pocamadre una mesita, una cava de vinos. No pido demasiado. Eso estaría muy bien.
Verdeth
