Yo he querido darle vuelta a la tortilla y crear una filosofía que logre apreciar la muerte natural como algo muy positivo aunque extrañamos a los difuntos. Pero no he logrado mucho. La seriedad de la muerte me deja sin ideas.
¿Qué nos enferma de muerte? Yo supongo, creo, deduzco, que nuestra manera de pensar. Unos utilizan distintos venenos, drogas, alimentación que destruya nuestra salud. Creo que estar produciendo pensamientos de negatividad, de menosprecio, de auto engaño trae consigo una serie de eventos y manifestaciones negativas que enferman porque nos hacen consumir lo indebido, nos hace comer mal, nos provoca esa sensación de necesidad de evadirse de la realidad. Y también es producto de la desesperación y el auto engaño el buscar las malas compañías, las malas creencias o las creencias falsas.
Si uno está enfermo de gravedad debe buscar la reconciliación con Dios, con uno mismo, con los padres y hermanos, con los tíos, amigos y conocidos. Pero crear diálogos significativos, que alivien, que den esperanza. Personas en conflictos sólo acentúan nuestra enfermedad y discordia. Hay que evitarlas para no enfermar aún más pero si tenemos capacidad de perdón eso será benéfico. Hacer la diferencia y no lo que hacen muchos que enferman y se amargan y dan mucha lata antes de morir, no dejan ni un peso, no dan ni la bendición y por el contrario heredan tristeza, dolor o vergüenza.
No hay que ser de esos sino de aquellos que dejan un grato recuerdo, aquellos que nos hacen pensar que pasaron a un plano superior pues la guerra siempre fue contra uno mismo y sus tentaciones, sus pensamientos erróneos y otras debilidades de la vida que nos pone a prueba en todo momento.
Y encima Dios nos pide disfrutarlo. Vaya complicación.
Verdeth