El título de esta entrada es una broma y venganza. La ciencia se ha encargado de negar a Dios por mucho tiempo cuando es extraño que no vean la creación como una prueba de un Creador, de una Inteligencia Suprema detrás de todo lo creado.
Lo que sigue es una impresión de la ciencia que tiene de ella un humilde hombre de fe contemporáneo. Antes que nada es necesario aclarar que no por profesar la fe cristiana signifique que se menosprecia la ciencia ciegamente. Así como muchos científicos consideran algo raro la religión o como una superstición también hay muchos cristianos que tienen sus reservas para con la ciencia como lo máximo que haya existido en la humanidad. La ciencia es también como una religión si consideramos algunas de sus más famosas teorías, por ejemplo la teoría de la evolución que tiene gran aceptación y que se ha enseñado por décadas de educación laica prácticamente en todo el mundo. Incluso la cultura popular se encarga de promoverla quizás más de lo que se ha promovida la idea de un Dios Creador de todo lo visible y lo invisible como dice la Biblia. Recientemente sabemos que quienes cuestionen la teoría de la evolución en Estados Unidos pueden perder su empleo como docentes. También de que allá existen cursos para defender la teoría de la evolución del bullyng creacionista, una posibilidad que más bien pudiera entenderse a lo contrario pues es la “ciencia” evolucionista la que se empecina en demostrar que el hombre viene de un chango y que éste proviene de una célula que surgió de la nada hace millones de años en un pequeño mundo perdido entre trillones de galaxias. Si, millones y millones de galaxias pero se resisten a creer que exista un solo Dios Creador. El cristianismo se postula como la verdad del ser humano. Particularmente consideramos el cristianismo como las grandes ligas (religión, religar) del conocimiento del hombre y de su relación con el Creador omnipotente. La ciencia es un humanismo que se preocupa de las materias considerando al ser humano como una materia más con la misma importancia que cualquier otra entidad biológica, por ejemplo un conejo o una cucaracha. No se trata de menospreciar a la ciencia, sin duda ha logrado grandes cosas. Tiene tantos siglos dedicándose al conocimiento de los elementos, sustancias, tiempos, velocidades y transformaciones que ni modo de que no hubiesen logrado algún bienestar. Pero la ciencia nunca lo es todo. Ni lo será. Primero porque el hombre es más que una entidad biológica con su respectivo ciclo de vida y muerte. Para la ciencia sí, uno nace, se reproduce, vive y muere y allí termina todo. La ciencia sólo se ocupa de lo que se puede ver, de lo que el raciocinio les permite conocer. Y esa es una verdad, no enorme, no inmutable. Pero hay otras verdades que muchas veces no se pueden apreciar con la simple observación.
En la Biblia dice que Dios creó todo lo visible y lo invisible. Que fuimos hechos a su imagen y semejanza, no una semejanza física, cerebral o mental, sino a semejanza espiritual. Un chango tiene inteligencia, como las moscas o las hormigas. Pero no tienen espíritu. Para la ciencia un hombre y un conejo son entidades biológicas muy parecidas y clasificadas exclusivamente como mamíferos. Para Dios no son lo mismo. No es una creencia porque aún viéndose de una manera puramente biológica la ciencia debe reconocer que el hombre está mucho más evolucionado que cualquier otro mamífero. Sin embargo la ciencia no está exenta de errores e inutilidades. Nos dicen que gracias a las ciencias algunas personas han llegado a la luna ¿pero como se regresaron aquellos astronautas? Para llegar a la luna la ciencia crea bases, cohetes, toda la tecnología de punta, todo tipo de conocimientos de la física, matemática, etc. ¿Y de regreso? ¿Una base espacial viajar de la luna a la tierra de regreso no es necesaria?
Y es similar desde la ciencia los planteamientos a la religión. Lo que es una realidad actualmente es que a la ciencia le interesa mucho defender a toda costa la teoría de la evolución casi como un dogma de fe si no es que más. Quien ha leído la Biblia, fundamento del cristianismo desde siempre, no puede aceptar que fue evolucionando de chango a lo que es actualmente por algunas razones que saltan a la vista: Si el hombre tiene como ancestros a los simpáticos changos ¿por qué siguen ellos aquí? ¿Por qué si descendemos de algún tipo de mono especial aún no encuentra la ciencia las pruebas concretas? ¿Por qué dice que la luna tiene billones de años y tiempo después afirma que tiene unos cuantos millones luego que miles y después concluye que en realidad son 5 millones de años de existencia? ¿hasta cuando lograrán ponerse de acuerdo en la edad definitiva de la luna? ¿no les bastan los altos presupuestos que los gobiernos destinan a las actividades científicas de esa magnitud? Al parecer no.
¿Existe la ciencia? pues al parecer si, es algo que se necesita para supuestamente ir a la luna a traer piedras y tierra. Se gastaron miles de millones de dólares en el viaje, para algo han de haber servido.
Se queja la ciencia de la creencia religiosa, que le falta rigor crítico, que es fanatismo, que Dios no existe, que Cristo era sólo un humano como cualquier otro, que venimos del mono, que hay calentamiento global, que hay razas humanas superiores (como los nazis antes y ahora los judíos sionistas) tenemos que el cristianismo sí aprovecha la ciencia para conocer a Dios, por ejemplo el internet , científico, ha llegado a ser una herramienta elemental para una mejor comprensión del hombre y de su destino con Dios. En cambio la ciencia arrogante hace a un lado toda espiritualidad y se enfoca en la materia y nunca en el más allá que también es bastante importante. El cristianismo considera a la ciencia amiga, pero la ciencia se avergüenza del cristianismo. Y ocasionalmente se burlan de las creencias cristianas, mismas que no han podido CIENTÍFICAMENTE refutar. La ciencia nunca ha podido demostrar que Dios no existe. Es ridículo pensar que el 4% de materia que existe en todo el universo haya sido creada de la nada y sólo porque sí. Cuidado con creer esto porque alguien que cree de esta manera debe aceptar que su vida es un accidente. Ni toda la ciencia es buena ni todo el cristianismo es el Vaticano y sus asociados. Ahora bien, ¿por qué razón muchos científicos, médicos y astronautas por ejemplo, son masones? No creen en Dios pero son buenos para adorar a Satán. Para el religioso todo poder viene de Dios, para el científico todo poder viene de uno mismo. ¿Quién se equivoca? Lo que es cierto es que la ciencia participa en muchas cosas que van en contra de la humanidad. Por ejemplo, el desgraciado de Bill Gates dona millones de dólares para que vacunen a los niños pobres de África. ¿Qué no necesitan alimentos, hospitales, tractores u otro tipo de bienestar? No, van y los vacunan. Y la tasa de mortalidad en el continente negro es alarmante sin que prácticamente nadie haga nada, siendo posible, habiendo una ciencia que pudiera hacer la diferencia. En cambio las religiones, una colección de supercherías –según los científicos ateos- van y les reparten pan, alimentos, medicinas, materiales para sus casas, van y hacen pozos de agua, reparten alimentos y bienes. La ciencia con inyectarles quien sabe qué cosa ya creen que cumplen con su cuota de humanidad. Cualquier cosa que viniera de ese demonio Bill Gates es como para estar alerta, es preocupante porque el tipo es patrocinador de programas eugenésicos, pretenden reducir la humanidad porque a los ricos les damos asquito y los pobres del mundo son una amenaza constante a su tranquilidad. Ciencia, no para el mejoramiento, proyectos científicos que coadyuvan a la destrucción del hombre. Igual los alimentos antinaturales pero que son un gran negocio para sus productores. La ciencia al servicio del mal, sin duda. Si no del todo, participa, colabora en hacer un mundo peor. Ahí tenemos a la ciencia militar y mercenaria. Todo lo que implica ir contra Dios es la muerte misma. Dios es Verdad, Amor. Dios quiere ser adorado, según la Biblia, en espíritu y por su Palabra. Quizás un día la ciencia descubra el secreto de la inmortalidad y en un futuro el hombre rico viva muchos años, porque un mundo de inmortales no parece el objetivo principal de una ciencia materialista sino todo lo contrario. Y desde luego, la inmortalidad sería para quien pudiera pagarla. Y se las comprarán. Siempre habrá necios que crean que sólo somos materia, un cerebro lleno de grasa que sueña con llegar al sol o por lo menos a unos planetas más cercanos. Adelante changos científicos, ustedes podrán un día conseguirlo. Los espera el infinito material y más allá. Nosotros los cristianos desde aquí los veremos llegar y les daremos un gran aplauso por sus logros.
David Gordon
2013
