Disneyland como corporativo mundial multimediático que absorbe cuanto puede las franquicias de cine, tv y videojuegos es una cosa que en esta entrada no importa sino el Disneyland clásico, aquel concepto de parque de diversiones, botargas de los personajes de las caricaturas, mercancías, juegos mecánicos, aquella ideal fiel a su creador Walt Disney es bastante ambiciosa pero también muy pedorra.
Todo mundo gusta ver a Walt Disney como el abuelito bonachón, millonario y alegre padre de una infinidad de personajes que se mandó a hacer o que de plano le robó a sus dibujantes y diseñadores. Pocos saben que Walt Disney era un satánico y que su fantasioso mundo de colores en realidad está sobrecargado de esoterismo, magia, masonería y paganismo.
Que sean satánicos, metaleros, que hagan orgías o lo que hagan con su vida estas personas no me importa. Cuando sí importa es cuando se meten a la mentalidad de los niños y la echan a perder, sobretodoa las niñas. Por ejemplo su mundo de príncipes y princesas como concepto base de sus primeras producciones fílmicas. De que hay grandeza en sus películas la hay pero no son buenas para la delicada mente de un niño.
Por ejemplo si una niña ve que la bella durmiente, cenicienta, la bella y la bestia, Disney y su magia de brujo negro les pone en su pensamiento el sueño de amor al príncipe, al castillo, al mundo fantástico. Eso es aceptable para una muchacha de 16, 17 años. No para una de 8 o de menos edad.
Por cierto que a los muchachos Walt Disney no les hacía películas con cuales moldearlos a su modo mañoso como a las niñas y su culto a las princesas lo cual no deja de ser sospechoso. De lo homosexual en el mundo de Disney mejor hablaré en otra ocasión porque es un tema demasiado amplio.
Disneyland es inherente a la cultura fílmica de hollywood ya que Disney incursionó en el cine y lo revolucionó con sus caricaturas, anteriormente era jefe de dibujantes de tiras cómicas a quienes les robaba sus personajes o pagaba muy poco por ellos. Sus empleados lo odiaban ya que los explotaba cruelmente y el genio del cine era un tipo intratable. ¡Y NO SABÍA DIBUJAR! Y de buena onda Disney no tenía nada. Consolidó su primera gran película blanca nieves toda dibujada a mano por decenas de trabajadores, es su más grande obra de arte y una maravilla de la animación.
Luego fue que hizo su parque de diversiones tomando como ideas los escenarios de las producciones fílmicas con las que ya estaba familiarizado.
Fue que un buen día se le ocurrió extender su centro de diversiones que incluía una montaña rusa cubierta de nieve artificial, castillo hueco y disfuncional pero bonito y grandote inspirado en un castillo de Alemania, por cierto, de un rey que tenía fama de loco y degenerado. Si, como Walt Disney. Se identificaba pues.
Compró en especial los terrenos para producciones fílmicas en Anaheim California y de ahí se dispuso a recrear sus propios juegos mecánicos y el resto es historia. Luego incorporó los primeros robots a sus atracciones que cantan y bailan alegremente. La última vez que fui sus muñecos ya se veían muy madreados, de tanto uso, de tanto hacer lo mismo a diario por 16 horas que está abierto el parque desde 1967 o algo así. A veces los juegos lo cierran por meses y hasta años, pero siempre tienen lleno y funcionando casi todo en el parque.
Las botargas del pato Donald, el puto Mickey, Tribilín o Goofy, los enanos de blanca nieves se pasean por todo el parque para tomarse fotos con la gente y saludarlos. Las princesas son bellas mujeres caracterizadas de los personajes de las caricaturas y que son el deleite de los viejos mañosos como yo. Ellas a todo mundo le sonríen y saludan.
Y bueno, el punto es que no entiendo tanto alboroto por un parque que parece estudios de filmación, un set de pura fachada que te hace creer que hay un mundo detrás. Funciona pero más que nada por el fenómeno mediático disney tv, cine, mercancías y ahora con starwars, marvel cómics y otras franquicias se sostiene pero de haber seguido sólo con la idea original de parque de juegos mecánicos, botargas y falsedad fílmica, dudo que hubiera llegado demasiado lejos. Aún así Disneyland tiene sucursales en Orlando Florida, París y Tokio bajo el mismo concepto.
De no ser por las películas, series, ese parque sería casi tan bola, tan macuarro, como cualquier feria de pueblo con juegos mecánicos que en verdad dan miedo pero en el sentido de que dan pavor que se caigan o se descuajeringuen, como ya ha pasado muchas veces.
Mucho mejor y más bara en las ferias de pueblo donde hay tragazón, juegos que marean, juegos rápidos y furiosos que ponen en riesgo tu vida a precios accesibles y no como en Disneylandia que cobra arriba de 100 dólares por cabeza.
Está bien que chinguen...pero a su madre, como diría mi abuelito.
Y ya me voy a apagarle a la olla de los frijoles.
David Gordon