"Yo tengo otros datos" Ya. Con eso. No se necesita decir ninguna cosa más. Oye pero hay un video de tu hermano recibiendo dinero a tu nombre.
"Yo tengo otros datos" Y ese dinero era de aportaciones. Oiga que lo han descubierto siendo corrupto.
"Yo tengo otros datos" Yo no soy corrupto. Antes había corrupción, hoy conmigo ya no.
Pero los datos indican que todo ha empeorado desde que usted es presidente. Ahora hay más violencia, más robo, más pobreza.
"Yo tengo otros datos." Que equivale a decir al que increpa: yo tengo otra información que me conviene y de la que no me pienso desapegar por nada ni por nadie, ya te chingaste conmigo.
Yo tengo otros datos. Vamos bien.
Y de lo político pasa a lo social y este a lo familiar y por último al individuo.
Oye desgraciado, no me has dado dinero para tus hijos en meses.
Yo tengo otros datos.
Eres un abusivo, me dejaste al cuidado de mi abuelo, nunca nos ayudas con él y no sólo cuenta aportar económicamente sino cuidarlo, cambiarlo, pasar tiempo con él.
Yo tengo otros datos.
Esos supuestos datos, reales o imaginarios, son el pretexto ideal para evadir toda responsabilidad. Decir que se tiene otros datos, otra valiosa información, queda invalidada o es de poca importancia ante la información, los datos, que al psicópata le convienen.
Así por ejemplo si a tu pareja le encuentras fotos comprometedoras con otra persona y luego le enseñes la evidencia, la vea meticulosamente con ojos entrecerrados y prácticamente no le quede otra que aceptar su culpa no vaya a ser que diga el mantra comunista más desalmado que haya existido en siglos:
Yo tengo otros datos. Que es igual a decir: hagas o digas lo que sea, conmigo ya te chingaste. Ya te la pegaste. Perdiste.
Mis datos valen más que los tuyos y vete al infierno.
David Gordon
