lunes, 27 de septiembre de 2021

GACETILLERO

Siempre he sido un gacetillero, de gaceta, publicación independiente destinada al fracaso, a la frivolidad pero sobretodo al rumor, al vox populi, que también importa. Si la Historia tiene la obligación de decir siempre la verdad, la misión de la gaceta es la de impedir las mentiras.
Como para el caricaturista exagerar lo malo es permitido pero dar por verdad una mentira, como hacen los moneros chotos y mano caída del Chamuco tv y la revista del mismo nombre que antes eran unas fieras y se creyeron los mejores moneros del país pero nomás tuvo el poder el Excrementos, el lagarto, rata, burro de Amloco y no han dejado de besarle las patas y otras partes de su garnachera humanidad. Lo que estos gacetilleros digan ya no se trata de la verdad sino dibujar una realidad con la que su jefe, el Cacas, no se enoje. Las caricaturas políticas de gacetilleros y dibujantes de izquierda trasnochada deben agradar a López Obrador. 
Ahora ya no se usa publicar en papel y los gacetilleros nos atrincheramos en las redes sociales donde por lo regular no tenemos libertad de expresión, no del tema de política, en las redes se puede decir casi todo de los políticos pero en lo gráfico no les gustan ciertos dibujos, ciertas palabras, ciertos temas, no se pueden publicar sin ser censurados y al usuario rebelde le imponen castigos que van de uno a tres días de no poder publicar nada hasta un mes o la suspención de la cuenta. Así es facebook, ya conozco todos sus procesos de censura y me han cerrado varias cuentas y por eso odio las redes sociales. 
En blogger no hay tanta censura, lo malo es que ya casi nadie usa esta plataforma de principios de siglo. Si han bajado algunas imágenes pero no chillan por la libre expresión por eso no es mi medio favorito sino el que me queda donde cuento con miy pocos lectores pero ya no me quita el sueño no ser reconocido ni que me lean ni una chingada.
Aqui seguimos para lo que se ofrezca con el mismo espíritu, escribir cuando pase el temblor, la tolvanera, cuando las risas cesan, cuando volvemos a nuestra realidad cotidiana a partir de que le hemos quitado un día más al calendario y le hemos arrancado una capa más a la cebolla de la verdad, esa que nos gusta y no siempre nos hace llorar.

Verdeth