Las cosas que la vida nos ofrece se dividen en dos: unas para apreciarla y otras para despreciarla. A veces creemos que unas cosas son buenas para nosotros, por ejemplo la democracia. En el papel, existe y es eficaz pero en la realidad es un instrumento legaloide que es aprovechado por bandidos y delincuentes para obtener inmunidad y fuero.
Ciertas artes y expresiones en vez de apreciar la vida más bien las desprecia y busca que quienes gusten de esas creaciones sientan el mismo desprecio de vivir como el mismo autor. Como la gente sencilla es muy influenciable a veces lo logran. Será que hay algunos que encuentran la vida despreciable y decirlo al mundo les aligera la carga.
Las redes sociales, el que todo el día estemos siendo informados sobre la pandemia ¿favorecen al buen vivir? Yo no creo. Vivir con miedo y preocupaciones infundadas y ansiedad no es una buena vida.
Yo quisiera despedirme de la vida, cansado, agotado, en una guerra o ya viejo pero deseando no vivir más alejándome del mundo y acercándome a Dios; no sé. Phero vivir con miedo te hace odiar la vida, vivir asi se vuelve insoportable.
A veces me pregunto: ¿ser puta es fuerza o debilidad? No sé responderme. Es un talento.
A la gente sencilla no le molesta que hayan sabios pero a muchos sabios les apena la ignorancia generalizada.
Una cosa es amar o despreciar la vida y otra muy distinta amar el prójimo. Para mí es lo más complicado del mundo, amar al prójimo. No sé la cantidad de amor ni la forma de aplicarlo a mi prójimo pero por lo que veo no basta con dejarlos en paz.
¿Cómo amar aquello que no conocemos o a la gente que ni en el mundo nos hace?
No entiendo.
Peces enjabonados, difíciles de atrapar sin red.
V.
